viernes, 1 de noviembre de 2013

Crónica: La Sagra del Mais Rosso de Banchette. Cultura y tradición canavesana.

En estos días Banchette, un pequeño pueblo de la provincia de Turín en Piamonte, ha estado de fiesta, celebra la "Sagra del Mais Rosso", una feria en la que se exalta un tipo de maíz autóctono, el llamado "pignoletto rosso" con el cual elaboran una serie de productos típicos como la polenta y las miase.

Aunque a priori pueda parecer poco importante, en ediciones anteriores, ha acogido hasta 18.000 visitantes, un número importante si consideramos que su población es de unos 3.000 habitantes.


Lo primero que el visitante observa al llegar, sobresaliendo de la masa de visitantes, es la pancarta de "W gli alpini" (vivan los alpini) habitual en este tipo de celebraciones en la que los veteranos de este célebre cuerpo militar suelen reunirse.


Tanto es así que no tardamos en encontrarnos a uno de ellos llevando su característico sombrero justo a la entrada del pueblo.


Y por si no nos quedara claro, el primer puesto que encontramos está dedicado principalmente a la venta de muñecos con sombrero alpino.


Pero si los alpini son un tópico recurrente no es menos el queso, presente en prácticamente todas las variedades existentes en la península.



Toma madurada en heno


Pero entre la miríada. de quesos encontramos uno que destaca, el montébore, no solo por su particular forma de tarta de boda, sino porque según el vendedor este tipo de queso se sirvió en la boda de Isabel de Aragòn y Galeazzo Sforza en el sXIX y que se produce desde el año 1153.



El queso normalmente  va acompañado de las chacinas, "i salumi", de los que la cocina italiana es bastante rica. Aquí, en primer plano, destaca la mocetta; carne cruda de vaca, cabra, oveja o carne de caza (siendo especialmente apreciada la del sarrio) salada y especiada.


Pero la particularidad de esta feria es el Mais Rosso (el maíz rojo) de una variedad antigua y recuperada en los últimos años gracias al esfuerzo de los agricultores locales el "pignoletto rosso". Según los expertos en la materia "cuando comes la polenta hecha con el pignoletto no vuelve a gustarte la del maíz normal".



En la foto anterior vemos  la harina fabricada con esta variedad de maíz. El cultivo del mismo es "ecológico" y la producción de la harina se lleva a cabo in loco gracias a un curioso ingenio, este simpático molino de madera.




Como no podía ser menos, muy cerca del molino se encuentran puestos en los que se cocina esa harina, pero visto que no era hora de almorzar, se descarta la famosa polenta (que en esta fiesta se suele comer acompañada de jabalí, merluza o bacalao) y se opta por un "dulce" típico a base de harina de maíz, la miassa.

La miassa es una comida típicamente canavesana, está hecha a base de harina de maíz, leche y huevos. Existen referencias a que se consumía ya en el s.XIV.
En este caso, tanto las cocineras como las dependientas eran unas simpáticas señoras mayores.




Una vez hecha la miassa se le añade una buena capa de nutella o queso... y a comer.



Para los hipoglucèmicos y para los golosos, aún queda otro dulce típico que probar, aunque ahora no tiene nada que ver con el maíz.

"Le fritelle di mele" es un dulce tradicional que consiste en manzanas, cortadas a láminas y fritas (rebozadas).




Si bien la comida es el centro de la fiesta, para los estómagos llenos hay otras atracciones, por ejemplo la exposición de antigua maquinaria agrícola.


Hart Parr 18-36. En fabricación entre 1926 y 1930.


Fiat 211R. Entró en producción en los años 50. Tiene un motor de 20CV


Y un infiltrado...o dos (lo de la izquierda es un maniquí)
En un parque cercano se encontraba un pequeño recinto en el que los niños podían recibir sus primeras clases de quitación y un señor que exponía sus gallinas y gallos.


Pero lo que más llamaba la atención no eran las aves, sino el curioso "transportìn" improvisado que usaba el señor, una vieja caja de cerveza Metzeger. Lo curioso es que esta casa turinesa dejó de producir cerveza en 1975 (desde 1848) y la fecha de fabricaciòn de esta caja en concreto es de 1966.


Por si era poco, en uno de los rincones más inspiradores del pueblo se había dispuesto una exposición de pinturas al aire libre.


En un parque cercano, el grupo de recreación histórica local realizaba un espectáculo.




Además, a parte de las actividades, las exposiciones y las degustaciones, el marco en el que todo se desarrollaba, Banchette, es un lugar para visitar per se.





Sin duda, esta Sagra es una de los mejores modos de acercarse a la cultura de una región antigua y rica en tradiciones que no ha perdido sus raíces campesinas a pesar de la migración campo-industria en el boom económico que para la región supusieron las fábricas de FIAT, Olivetti y otras tantas. 



Artículos que tal vez te interesen



No hay comentarios:

Publicar un comentario